La grasa térmica es uno de los componentes del PC que habitualmente pasa desapercibido para el común de los mortales. Eso no quiere decir que no sea importante... ¡En realidad es todo lo contrario! Vamos a mostrarle por qué no debe olvidar nunca para qué sirve y cómo usarlo correctamente.
Sí, es posible que use demasiada grasa térmica: si lo hace, normalmente lo detectará de inmediato, ya que se sale por entre la CPU y el refrigerador al apretar los tornillos. Esto no es ningún problema con la grasa convencional, solo tiene que tomar un paño limpio antiestático o una toallita de papel y limpiarla. Emplear metal líquido es harina de otro costal: ¡en ese caso, es necesario limpiar la CPU a fondo! Si todo funciona a la perfección según lo previsto, no tendrá que renovar la grasa durante años, pero si cambia de CPU o de refrigerador también deberá aplicar nueva grasa térmica. Algunos refrigeradores de CPU, como nuestra serie Pure Rock, ya vienen preengrasados en su placa base. En ese caso, puede empezar a usarlos directamente sin necesidad de añadir nada. ¡Algo que no debe olvidar nunca —e insistimos en lo de NUNCA— es quitar la pegatina de plástico que hay en la placa base de los refrigeradores de CPU sin engrasar antes de instalarlos! ¡Si se olvida de hacerlo, la transferencia térmica desde la CPU al refrigerador será prácticamente inexistente, lo que dará lugar a una CPU muy caliente y, por tanto, sometida a un gran riesgo!