Inside be quiet!

27.03.2019
El problema de las fuentes de alimentación pasivas

Ya no hay ninguna razón en absoluto para tener que soportar una fuente de alimentación ruidosa, como era el caso habitual hace unos 15 años. Nuestro enfoque hacia las fuentes de alimentación es equiparlas con componentes de gama alta y culminarlas con un ventilador muy silencioso. Sin embargo, hay dos evoluciones en este ámbito que han prosperado en los últimos años y que merecen un examen más detenido: las fuentes de alimentación pasivas y semipasivas.

En este contexto, «pasivo» significa que la fuente de alimentación carece totalmente de ventilador, y la disipación del calor corre a cargo exclusivamente de un gran disipador térmico, lo que implica que el sistema es bastante silencioso. Suena genial, pero tiene una desventaja muy importante: esto solo funciona hasta un cierto límite de rendimiento, ya que al cruzar ese umbral se corre un riesgo muy real de sobrecalentar el sistema. Esto significa que, a partir de ese límite, sencillamente se necesita algo que disipe activamente el calor y evite así el sobrecalentamiento y el apagado.

Esto nos lleva a las «fuentes de alimentación semipasivas». En general, su construcción es igual que la de las fuentes de alimentación activas convencionales, pero con la diferencia significativa de que su ventilador está habitualmente latente y solo entra en acción cuando el sistema cruza un límite de rendimiento predefinido, habitualmente en torno al 40-50 %, o bien un determinado umbral de temperatura.

 

Estas dos tecnologías se declaran como extremadamente silenciosas, ya que no se producen ruidos mecánicos cuando el ventilador no está girando. Si bien esto es cierto, no son completamente silenciosas, ya que siempre hay algún ruido provocado por las piezas eléctricas que es muy difícil de suprimir y que, en la práctica, puede ser incluso más fuerte que el del giro de un ventilador. Un ejemplo es el chillido de las bobinas dentro de la fuente de alimentación que se puede producir por una carga de alto rendimiento o por cambios en la carga.

Si conoce usted bien nuestra cartera, sabrá que nuestra oferta no incluye fuentes de alimentación pasivas o semipasivas. Todos nuestros sistemas presentan una refrigeración activa, con un ventilador en constante rotación, y esto se debe a un buen motivo. Naturalmente, hemos dedicado mucho tiempo a investigar ambas novedades, pero al final hemos llegado a la conclusión de que sus desventajas específicas pesan más que las ventajas. Nuestras fuentes de alimentación con refrigeración activa, como las Dark Power o Straight Power, son prácticamente inaudibles y al mismo tiempo producen un flujo de aire suave que expulsa el calor de los transformadores de tensión y los condensadores. Someter una fuente de alimentación pasiva a una alta presión va claramente en detrimento de la expectativa de vida útil de sus componentes. Por tanto, en estos tiempos en que los constructores de PC equipan sus sistemas con cubiertas de fuente de alimentación y sistemas de cámara, existen mayores riesgos de una acumulación local del calor, algo que puede dañar sus componentes a largo plazo. Siempre puede contrarrestar esto activamente, por ejemplo incrementando el disipador térmico, pero esto hace la fuente de alimentación más cara y tosca y no solventa completamente el problema. Por eso hemos decidido mantenernos fieles a la refrigeración activa: seguimos desarrollando nuestros ventiladores para hacerlos cada vez más eficientes y silenciosos a fin de que su sistema disfrute siempre de una refrigeración fiable y tenga un funcionamiento extremadamente silencioso al mismo tiempo.